Balada para el
BALADA PARA EL
Cayó la tarde y él tenía tangos,
Whisky en la zurda y, en la otra, sed.
Su voz, un gusto de magnolia macho,
Los muslos duros de saber volver.
Cayó la tarde y él tenía tangos,
Tangos alzados que sabía él.
Él te sembró toda la piel de quieros,
Y quiero a quiero calentó tu piel,
Desabrochó tu soledad por dentro,
De un sólo quiero y de una sola vez.
Él te sembró toda la piel de quieros,
Quieros enteros que mordía él.
Su boca encinta de un misterio bravo,
Diez hembras hondas me empujó a crecer,
Porque en tu pelo y tu silencio largos,
Veinte varones él sabía ser.
Su boca encinta de un misterio bravo,
Misterio y fardos que cargaba él.
Y tuvo tangos, otra vez, su tarde
Porteñamente sangradora y fiel,
Cuando se fue con todo el beso al aire,
Whisky en la zurda y, en la otra, sed.
Y tuvo tangos, otra vez, su tarde,
La tarde grande que moría en él.