Clemencia

A paso lento, mientras el sol moría
Ya falto de energía se ve un hombre avanzar,
Sumido el rostro, todo harapiento
El contemplarlo da compasión.
Yo me aproximo, lo reconozco
Y acude a mi mente, la historia, señor,
De ese buen hombre, sin luz en sus pupilas
Que al morir de ese día, pide una ayuda a Dios.

El barrio no me quiere
Me mira con desprecio,
Murmuran las comadres
Cuando me ven pasar.
Hasta los tiernos niños
Huyen despavoridos,
Creen que es el hombre malo
Que les quiere hacer mal.

El mundo le detesta
No le resta un amigo,
Todos le han olvidado
Y ante tanta maldad,
Eleva sus dos manos
En gesto de clemencia,
Luego rompe el silencio
Poniéndose a llorar.

Todo era dicha junto a su madrecita
La más buena viejita que había en la ciudad,
Mas una noche la muerte ingrata
De entre sus brazos, se la llevó.
Tras rudo golpe, seres malvados
Del hijo dudaron y alguien le acusó,
Y así hoy le vemos marchar, semiinconsciente
Al hombre más decente, que el barrio condenó.