Dolores
Madura la uva de nuestra vendimia
y amanece limpio mi barrio moderno.
Las playas del norte no son un infierno
si tengo una mujer a quien mirar.
Mirar el retrato con ojos al mundo
donde está Dolores amando la vida.
Fijar en La Habana la hora de salida
y el día es silenciosamente cruel
cuando hace sus maletas.
Y México es su casita temporal y pasajera
que no puede detener su vida viajera.
Y mientras el metro va por los rieles y en caravana
el humo de la ciudad te envuelve en la cara.
Allá en la cosecha junto a la frontera
andaba Dolores con su risa de aguas.
Por entre las flores llegó a Nicaragua
de día y con la visa del amor.
Me hablaba de indios, de las tradiciones
como agua a los pobres sin penas ni glorias.
Y si ella me amara y yo fuera su historia
sería un mal capítulo final de una gran telenovela.
Y México es su casita temporal y pasajera
que no puede detener su vida viajera.
Y mientras el metro camina sobre los rieles y en caravana.
y México no va a amarte como La Habana.