La Espina
Una espina se clavó en la cima de mi montaña. Y una nube se posó sobre mi tela de araña. Sabe Dios lo que pasó y está escrito en mis entrañas. La zarpa que desgarró mi túnica de pasión. Tú sabes cual es mi dolor, por favor dame calor. El carmín no es solución, mi alma sigue gritando. La carne viva cicatrizó, pero mi herida sigue debajo.
No hay dolor, puedo dormir, ahora estoy acostumbrado. Ahora me puedo reír, me puedo reír de ti. Tú sabes cual es mi dolor, por favor dame calor.