De un país perdido
Santiago Auserón
Calleja que se cura la tristeza
Cantando con su voz de terciopelo
El sol viene a ponerle una peineta
De luces en el pelo
Reparte sus tesoros la pobreza
Faroles amarillos y azulados
El paso de las horas como seda
Silencios hechizados
En casa muy pequeña y muy cercana
Cabe toda la hondura del querer
Y aprende uno en secreto a hacerse hombre
O aprende a ser mujer
Soñado cada tarde en cada cama
Nostálgico vergel de señorío
Un hado de otras épocas me llama
A mi país perdido
Un hado de otras épocas me llama
Ay corazón de Alfama
A mi país perdido