Niños
A treinta pisos de altura
frente a la playa de Copacabana
la calle huele a humedad
a fruta , sexo , bronceador cachaza.
A treinta pisos de altura
veo la vida que me mira y pasa
bebiendo agua de coco
frente a la playa de Copacabana.
Cuando den las diez
no volverán a casa
se quedaran ahí
no volverán a casa
Como los coches , luz de farola
como los gatos y las baldosas
como las tiendas y los buzones
como basura por los rincones.
Como los perros
intentando vivir
viviendo.
Desde la asfixia y la altura
veo el temor de la ciudad dormida
nada se intuye en el aire
de la violencia en la que todo gira.
Colombia avanza y el mundo
no sabe nada y si lo sabe olvida
y todo sigue girando
morir al día es parte de la vida.
Niño de dolor que cuelga de los coches
y aspira oscuridad crecida de la noche
niño del dolor sin nada que agarrarse
perdido en la ciudad, ya es parte del paisaje
Como los coches , luz de farola
como los gatos y las baldosas
como las tiendas y los buzones
como basura por los rincones.
Como los perros
intentando vivir
viviendo.
A muchas horas de casa
miro la luz de la ciudad torcida
la inmensidad del D.F.
la multitud que en el smog respira.
A muchas horas de casa
otra mirada nos observa y mira
y la serpiente emplumada
quedo atrapada , llora , es luz cautiva
Niño del dolor haciendo piruetas
cambio de tener migajas o monedas
niño del dolor que juega a hacerse grande
ausente del amor , ya es parte de la calle.
Como los coches , luz de farola
como los gatos y las baldosas
como las tiendas y los buzones
como basura por los rincones.
Como los perros
intentando vivir
viviendo.