Egloga a la Primera Carta de la Mañana
Alberto Muñoz
ÉGLOGA A LA PRIMERA CARTA DE LA MAÑANA
Cuando me haga
llaga por manso del cuerpo
y me rasure el tiempo
las porcelanas
como conjetura
el rayo tendrá más peso
y, por liviano, el viaje
vendrá desnudo
de porcelanas.
Yo vi a la muerte
hacer sus ojos
en un charco beato
y transparente
y a las hormigas,
bebiendo la viña
sin descanso
noche a noche
a golpe de otoño,
remanso y fiesta.
Tengo por hora
la edad más general
de los encargues,
y a precio de la razón
y por asomo
me miro en el espejo
cada primavera.
Yo he visto a la muerte
hacer añicos el sitio
grave de la nobleza
y no me queda cómodo
su aliento.