Carmen la de los Pinares
Carmen la de los pinares,
mírelo usted
dice que tiene olivares,
cien hectáreas de rosales
y un traje con alamares
y la foto de un marqués.
Y tiene al sol “escondío”
y una medalla de oro
de la Virgen del Rocío,
y un broche siempre “prendío”
que es capricho del marqués.
Y cuando sale la Luna,
desde la una a las tres,
no tiene pena ninguna,
y entre verdes aceitunas
y a solas se ve con él.
Carmen cuando llega mayo,
mírelo usted,
anuncia que va al Rocío
y engalana sus caballos,
los mejores y “escogíos”
“pa”que los luzca el marqués.
Lleva veinte camareros,
seis pinches, tres cocineros
y diez criados a pie
y una vieja que la cuida
por capricho del marqués.
Y en las noches del camino,
desde la una a las tres,
Carmen sigue su destino
y entre romeros y pinos
y a solas se ve con él.
De encajes y tiras “bordás”,
mírelo usted,
con visillos de percal
y cortinas de piqué
va su carreta “adorná”,
como le gusta al marqués.
Cruza el Quema la primera,
delante del “Simpecao”
con el carretero a pie
que van sus bueyes “enganchao”,
que los regaló el marqués.
Y cuando la noche llega,
desde la una a las tres,
se ciñe un mantón de seda
y a la luz de las estrellas
y a solas se ve con él.
Un palacio en el Rocío,
mírelo usted,
cien criados de librea,
que su casa es la primera
y la mejor “atendía”,
como merece el marqués.
Cuando la Virgen se acerca
Carmen la mira y le reza,
y de rodillas, con fe,
entre lágrimas le pide
que no la olvide el marqués.
Y cuando la Luna sale,
desde la una a las tres,
con su traje de alamares
y entre los verdes pinares
y a solas se ve con él.