Vértigo de Ciudad
Nos sirvió tirarnos de los pelos,
fuimos animales sueltos
aprendiendo a salir.
Cada gira, menos suficiente
sin contar los excedentes,
era siempre por vivir.
Dejemos este vértigo de ciudad,
que lo imposible es una posibilidad.
Los sueños nunca mienten ni tienen piedad;
la realidad no sabe esperar.
Desconfío de todo lo perfecto,
qué sentir y en qué momento
no se puede elegir.
Me perdono por lo caprichoso,
lo prohibido y peligroso
es difícil resistir.
Dejemos este vértigo de ciudad,
que lo imposible es una posibilidad.
Los sueños nunca mienten ni tienen piedad;
la realidad no sabe esperar.
Dejemos este vértigo de ciudad,
que lo imposible es una oportunidad
Los sueños nunca mienten ni tienen piedad;
y la realidad lo sabe enseñar.