La Hija Del Pistolero
Forzaron la puerta
Entró un grupo de extraños que portaba armas negras
Es parte del trabajo, solo un ajuste de cuentas
Matar al pistolero, la encomienda
La hija pequeña
Miró que dispararon a su padre en la cabeza
Su madre, agonizante, suplicaba con firmeza
Que de su escondite no saliera
Y a los 5 se apagaba su inocencia
Al sentir correr venganza por sus venas
Se juró nunca olvidar ese rostro criminal
Y aplicarle, con sus manos, la justicia terrenal
Pasaron los años
Y floreció el botón en una bella margarita
La pena no cesó, por el contrario, más creció
Y transmitió a su hermano esa sed maldita
Y un día, el destino
Le permitió encontrarse con aquel ruin asesino
Y con una sonrisa fue a granjearse su cariño
Tramando un plan con el cual destruirlo
Se fingía plenamente enamorada
Y él la amó de forma ciega de la noche a la mañana
Le pidió ser su mujer y aceptó con interés
Todo estaba listo, el plan se completaba con fluidez
Y en la noche nupcial, en un yate en el mar
Le pregunta qué lamenta de su vida
Y al negarle la verdad, sin atisbo de piedad
En el pecho un arma entera le vacía
Soy la hija de aquel hombre pistolero
Y hoy me vengo a sangre fría