Ciudad

Anochece en el polígono industrial.
Gladys terminó por fin de trabajar.
Hoy nadie puede acompañarla al autobús.
Tendrá que recorrer un trecho sin apenas luz.

Corre, corre, date prisa.
No vuelvas atrás la vista.
Piensa en el tamal que espera
caliente sobre la mesa.

Corre, corre, no te asustes
si escuchaste un ruido cerca.
Piensa en tu mamá que espera
Sentada a la mesa.

Gladys aún recuerda lo que sucedió hace un mes.
Las encontraron muertas en el vertedero aquel.
Seis cuerpos mutilados sin identificar.
Algunas de ellas eran chicas de su misma edad.

Una sombra inquietante
la golpea por delante
susurrándole algo obsceno
mientras la agarra del cuello.

Grita, grita, grita y grita
hasta quedarse sin habla
mientras siente que la arrastran
del cabello por el suelo.

Amanece en el polígono industrial
de esta cruel ciudad cuyo nombre vais a adivinar.
Ciudad cruel que de sus hijas no sabe cuidar
y que a sus asesinos les concede impunidad.

Rosas, rosas, rosas, rosas
cientos de cruces se alzan
allí donde las hallaron
salvajemente violadas.

En la ciudad innombrable
cientos de inocentes cuerpos
como dijo el gran Roberto
la Ciudad cementerio.