Y Era Buena
Y era joven, bella y seductora
Su madrecita la cuidaba con primor
En el barrio todos la querían
Por su bondad y por su trato encantador
Hasta que un magnate forastero
En regio auto una vez se le acercó
Le habló de joyas, de fiestas y de coches
Volvió dos o tres noches y al fin se la llevó
Supo la madre
Que la llora como muerta
Pues bien, sabe que a su puerta
No podrá ya retornar
Nadie comprende
Su inmenso sufrimiento
No tienen sentimientos
No saben perdonar
Fue rudo el golpe
Para aquella madre buena
Y tan grande fue su pena
Que muy pronto sucumbió
Dios justiciero
Con gran benevolencia
Demostrando su clemencia
Puso fin a su dolor
Y era buena, triste fue su signo
Se ha resignado, aunque muy grande su dolor
Pues comprende que era su destino
Haber seguido aquel infame seductor
Pues el hombre que le prometiera
Miles de cosas que nunca jamás cumplió
Mostró muy pronto su corazón de hiena
Y a la muchacha buena, aquel, la abandonó