Nombres Impropios
No se puede afirmar
Que me engañaba cuando me mentía
Se llamaba Osadía
Y desde el primer día
Tuvo la cobardía de avisar
Quien tiene siete vidas
Y dos ojos de gata callejera
No se va con cualquiera
De su noche se espera
Un broche de promesas incumplidas
Mejor no equivocarse
No me pidas jamás lo que no doy
Ya sabes cómo soy y si quieres me voy
Dijo cuando acabo de desnudarse
Ya ves
Llegar a fin de mes
No era con ella asunto de dinero
Se trataba más bien de merecer
Un tren de pasajeros
El tsunami de un mar hecho mujer
Dispuesto en cada ola a renacer
Se llamaba Herejía
Cómo voy a saber
Si me engañaba cuando me mentía
Maestra en confundir
Al diablo y al rey de los altares
Me citaba en los bares
Con fuegos malabares
Y luego se olvidaba de acudir
La mañana y la tarde
Qué vaivén entre alarde y agonía
Todo lo confundía
Su swing, porque sabía
Mirar como un crepúsculo que arde
Callada por respuesta
Cuando jugué al dolor de corazón
Su boca era un buzón de voz sin
Compasión
Dormido hasta la hora de la siesta
Ya ves
Llegar a fin de mes
No era con ella asunto de intendencia
Se trataba más bien de comprender
La pura impertinencia
Del sol cuando se cansa de asombrar
Del mostrador a la hora de cerrar
Se llamaba ironía
Y no puedo jurar
Que me engañaba cuando me mentía
Ya ves
Llegar a fin de mes
No era firmar un parte de sucesos
Se trataba más bien de envejecer
Huérfano de sus besos
Con fantasmas que aprenden a
Crecer
Abrazos que se mueren por volver
Se llamaba utopía
Me gusta imaginar
Que me engañó cuando se despedía
Que me engañó cuando se despedía